O parrulo nun vaso

Ayer fui con la parrula, Noemí y Alberto a Girona y tengo que decir que me pareció una ciudad encantadora. Partimos por la mañana (no demasiado temprano) y pasamos allí el día entero. Empezamos visitando la catedral, que me sorprendió por su enormemente ancho cuerpo central (23 m) y por ser la iglesia que más me ha recordado en mi vida a la que se describe en los pilares de la tierra. También destacaría el enorme rosetón que adorna su fachada y el tiempo que ha llevado construirla (desde el siglo 10 hasta el siglo 20 se han estado añadiendo cosas).
Continuamos visitando el barrio judío, que nos ofreció la posibilidad de caminar por un bonito paisaje urbano medieval, y acabamos dando un paseo por la muralla, que nos deleitó con unas preciosas vistas de la ciudad y su entorno. Girona es una ciudad pequeña, por la que resulta muy agradable pasear y en la que se puede pasar un buen día turístico, si señor.