26 sept 2008

No me lo puedo creer

Ayer, viendo el programa de la Sexta, El intermedio me sorprendió un reportaje. Justo al encender la televisión vi a una de sus reporteras realizando su trabajo. No tardé en darme cuenta de que el susodicho trataba sobre la asignatura de educación para la ciudadanía. No se donde se encontraba haciendo las preguntas ni el nombre o cargo concreto de las personas a las que les preguntaba, solo que la respuesta no pudo parecerme menos acertada y más cabreante. Me dieron ganas de tirar la televisión al suelo.

El caso es que la reportera se acercó a un cura (no se si estaba más arriba en la escala eclesiástica) y le preguntó contra que partes del libro de la mentada asignatura estaba en contra. La respuesta fue tajante: No lo he leído. Me quedé de cuadros, pero no era algo que me cogiera por sorpresa. Lo que realmente me sorprendió fue cuando la reportera le preguntó como se puede estar en contra de algo que se desconoce o no se ha leído y el susodicho contesta: Yo no estoy en contra de la asignatura estoy en contra de la imposición de la misma. Mi cara si que debió de ser un poema en ese momento. ¿Llevan años imponiendo la asignatura de religión católica y vienen a enseñarnos ahora que no se puede imponer una asignatura? Me tranquilicé más cuando en otro lance del reportaje volvía a salir el mismo individuo justificando la posición de la iglesia. No estamos contra la asignatura, lo que no estamos dispuestos a aceptar es la imposición de una moral.

Esta debió de ser mi cara. Resulta que ahora la iglesia está tajantemente en contra de lo que lleva haciendo desde tiempos del imperio Romano. Es más, llama desaforadamente a la objeción de conciencia. Yo me pregunto. Si cuando en el Franquismo ellos eran el poder alguien objetara de la asignatura de religión ¿Qué pasaría?

Mucha mentira y poca vergüenza es lo que hay.

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