29 oct 2007

Noraboa amigo

Hoy me toca hacer desde este mi pequeño espacio en la red un homenaje a un gran escritor y director teatral, gran amigo y mejor persona. Hablo de Roberto Salgueiro González, director del Aula de Teatro de la Universidad de Santiago de Compostela (y consecuentemente de mi mismo durante dos años), que acaba de ganar el Premio Álvaro Cunqueiro para textos teatrales con su obra Historia da chuvia que cae todos os días ("Historia de la lluvia que cae todos los días"). Es la cuarta vez que Roberto se alza con este premio tras conseguirlo también con las obras: Molière final, Eliana en ardentía o Bernardo destemplado y O arce do xardín.

En Historia da chuvia que cae todos os días el autor echa una mirada realista a la sociedad gallega. A través del enfrentamiento entre un padre y su hijo, el texto pretende analizar a dos generaciones tan diferentes como semejantes, la constitución de Galiza como espacio universal donde la emigración condicionó su constitución y, pasados los años, este fenómeno social vuelve a reproducirse.

El jurado destacó de este texto la dramatización que el autor hace de los conflictos sociales presentes en Galiza actualmente, como son la falta de perspectivas laborales, la emigración o el choque generacional.

Se trata, dice el acta del jurado, de una obra "comprometida, que emplea un gallego vivo de diálogos ágiles, tensos, creíbles y con carga dramática".

Además de las ya citadas, yo destacaría de la obra de Roberto dos obras, que tras contemplarlas llevadas a escena por el Aula de Teatro de la USC (siendo yo todavía muy pequeño) me marcarón notablemente en mi vida teatral: Apnea (un drama del que recuerdo nítidamente una escena en la que un padre leía una carta a su hija) y sobre todo Matanza. Esta obra es una de mis debilidades personales desde que la vi en escena y uno de los textos que llevo persiguiendo bastante tiempo para mi biblioteca personal. Es esta obra un diálogo entre dos cerdos, uno un cerdo en toda regla y el otro un cerdo poeta. Ironía, humor y profundidad en una sola obra ante la que seguro que nadie podría quedar indiferente.

Destaco además de su tarea como escritor la de director y la de educador teatral y no me equivoco si aseguro que un 90% de lo que se de teatro (tampoco es muchísimo pero si que es algo) se lo debo a él, que fue quién introdujo en mi con sus obras el gusanillo y el gusto por este arte.

Guardo en un lugar preferente la dedicatoria que me escribió en un programa de la obra Trufaldino, servidor de dos amos en el transcurso de una cena en el Carretas. Cada vez que la leo consigue que me emocione.

No me queda más que mandarle a Roberto mi enhorabuena, decirle que espero con impaciencia el poder contemplar su próximo montaje, ya sea con el Aula o con otro grupo teatral, y darle las gracias por todo.

Gracias compañeiro.

Para más información leer lo siguiente: Roberto

2 Graznidos:

Anónimo dijo...

Enhorabuena a ti también por tu blog. El señor de la barba ya está ahí modificando su texto para hacerlo más de sentimientos y miradas.

Roi Méndez dijo...

Gracias por visitarme Trufi,espero poder verla, y ver esas miradas y sentimientos que seguro que serán de arte, y veros a vosotros también en navidades...

1 saludo!!